From USCCB
Intercession: May a culture of life grow ever stronger in our communities.
Prayers: Our Father, 3 Hail Marys, Glory Be
Reflection: God has carefully, lovingly created every person—in His own image and likeness—to be in a loving relationship with Himself. From each tiny child knit within a mother’s womb, to every person approaching death, all are loved perfectly and completely by God. “It is therefore a service of love,” Pope Saint John Paul II explains, “which we are all committed to ensure to our neighbor, that his or her life may be always defended and promoted, especially when it is weak or threatened [emphasis added]” (Evangelium vitae, 77).
In a world in which the most vulnerable are so often overlooked and disregarded, Christ calls us to embrace and uphold the unconditional dignity of every human life. In doing so, we help to build “a new culture of life, the fruit of the culture of truth and of love” (EV, 77).
Acts of Reparation (choose one):
- Do you love your cup of tea or coffee? Abstain from caffeine today, or try your coffee black.
- “Unplug” for some time, and reflect on how God may be asking you to help build a culture of life in your home, workplace, or Church community.
- Offer some other sacrifice, prayer, or act of penance that you feel called to do for today’s intention.
One Step Further: Watching the news and reading headlines, we may often feel helpless in the face of a heartbreaking lack of respect for human life. When our efforts to make a difference feel small, it’s important to remember that changing the culture is a process of conversion that begins in our own hearts. It includes a willingness to be instructed and a desire to be close to Jesus—the source of joy and love.
For more ideas, “How to Build a Culture of Life” (www.usccb.org/culture-of-life) briefly explains where to start.
Intercesión: Que una cultura de vida se haga cada vez más fuerte en nuestras comunidades.
Oraciones: Padre Nuestro, 3 Ave Marías, Gloria al Padre
Reflexión: Dios ha creado cuidadosa y amorosamente a cada persona, a su imagen y semejanza, para que tenga una relación amorosa con él. Desde cada minúsculo niño formándose en el vientre de una madre, hasta cada persona que se aproxima a la muerte, todos somos amados por Dios de manera perfecta y completa. “Por tanto, lo que todos debemos asegurar a nuestro prójimo”, explica san Juan Pablo II, “es un servicio de amor, para que siempre se defienda y promueva su vida, especialmente cuando es más débil o está amenazada [cursivas añadidas]” (Evangelium vitae, 77).
En un mundo en el que los más vulnerables a menudo son pasados por alto e ignorados, Cristo nos llama a abrazar y defender la dignidad incondicional de cada vida humana. Con ello ayudamos a construir “una cultura nueva de la vida, fruto de la cultura de la verdad y del amor” (EV, 77).
Actos de reparación (elige uno)
- ¿Te encanta tu taza de té o de café? Abstente de la cafeína hoy, o toma tu café sin azúcar.
- “Desconéctate” por algún tiempo, y reflexiona sobre cómo Dios te está pidiendo que ayudes a construir una cultura de vida en tu hogar, lugar de trabajo o comunidad de la Iglesia.
- Ofrece algún otro sacrificio, oración o acto de penitencia que te sientas llamado a hacer para la intención de hoy.
Un paso adicional: Al mirar las noticias y leer los titulares, a menudo podemos sentirnos impotentes ante una desgarradora falta de respeto por la vida humana. Cuando nuestros esfuerzos por marcar una diferencia parezcan pequeños, es importante recordar que cambiar la cultura es un proceso de conversión que comienza en nuestros propios corazones. Incluye la voluntad de ser instruido y el deseo de estar cerca de Jesús, la fuente de la alegría y el amor.
Para más ideas, “Edificar una cultura de vida” (www.bit.ly/una-cultura-de-vida) explica brevemente por dónde empezar.